Antecedentes
El síndrome del impostor y el agotamiento son altamente prevalentes entre los estudiantes y residentes de medicina, impactando significativamente su salud mental y desarrollo profesional. La aparición de intervenciones educativas en línea ofrece una solución prometedora, brindando accesibilidad y flexibilidad para abordar estos problemas. Esta revisión sistemática tiene como objetivo evaluar la efectividad de las intervenciones educativas en línea para mitigar el síndrome del impostor y el agotamiento en los estudiantes de medicina.
Métodos
Se realizó una búsqueda exhaustiva en PubMed, Cochrane Library, Embase, Scopus y PsycInfo, identificando estudios relevantes publicados hasta marzo de 2024. Se incluyeron estudios que se centraran en intervenciones en línea dirigidas al síndrome del impostor y el agotamiento entre estudiantes de medicina, residentes y fellows, evaluándose su calidad mediante el Instrumento de Calidad de Estudios en Investigación Educativa Médica (MERSQI).
Resultados
De los estudios analizados, seis cumplieron con los criterios de inclusión, incluyendo cuatro ensayos controlados aleatorios, un estudio cualitativo y un estudio de métodos mixtos. Su puntuación media en el MERSQI fue de 14.67 (DE 1.23), lo que indica una alta calidad metodológica. Las intervenciones en estos estudios variaron, incluyendo sesiones grupales de coaching, talleres y recursos educativos. Notablemente, dos ensayos aleatorios mostraron reducciones significativas en los síntomas del síndrome del impostor tras las intervenciones en línea en comparación con los grupos de control. En cambio, los resultados relacionados con el agotamiento fueron ambiguos, con algunos estudios reportando mejoras en las puntuaciones de agotamiento emocional y reducción del riesgo de agotamiento, mientras que otros no encontraron diferencias significativas.
Conclusiones
La evidencia actual sugiere que las intervenciones educativas en línea estructuradas, especialmente aquellas que incorporan estrategias de coaching y reestructuración cognitiva, pueden reducir efectivamente el síndrome del impostor entre los estudiantes de medicina. Sin embargo, el impacto en el agotamiento sigue siendo inconcluso. Se necesita más investigación para optimizar los componentes y estrategias de implementación de los programas en línea para abordar integralmente tanto el síndrome del impostor como el agotamiento en esta población.
The effectiveness of online educational interventions on impostor syndrome and burnout among medical trainees: a systematic review. BMC Med Educ. 2024 Nov 22;24(1):1349.
DOI: 10.1186/s12909-024-06340-y
García Dieguez M. Comentario sobre cómo la educación en línea puede ayudar a mejorar a estudiantes y residentes temerosos del fracaso [Internet]. Organizacion Panamericana de Salud. Repositorio Bibiográfico. Citado el 23/05/2025 Disponible en: https://campus.paho.org/es/repo/educacion-linea-puede-ayudar-mejorar-estudiantes-residentes-temerosos-fracaso
García Dieguez M.
CEEProS Universidad Nacional del Sur
Este artículo ofrece una revisión sistemática bien estructurada sobre el síndrome del impostor (SI), -tal vez un mal termino en español que deberia ser “temor al fraude”- definido como un fenómeno psicológico caracterizado por una percepción persistente de incompetencia o falta de valía personal, a pesar de evidencias objetivas de éxito, y su abordaje a través de intervenciones educativas en línea. En un contexto en el que el bienestar psicológico de los estudiantes y residentes se ve constantemente amenazado por exigencias académicas y culturales del entorno médico, este trabajo permite abrir el debate sobre cómo la educación de profesionales de la salud puede incorporar estrategias efectivas para mitigar estos riesgos. Es una lectura especialmente relevante para docentes, planificadores curriculares y responsables de programas de apoyo estudiantil.
En el ámbito sanitario, donde predominan la cultura del perfeccionismo y la evaluación constante, el SI adquiere particular relevancia por su asociación con angustia emocional, baja autoestima profesional, insatisfacción laboral e incluso pensamientos suicidas.
La revisión analizada incluyó seis estudios publicados entre 2018 y 2023, con un promedio alto de calidad metodológica evaluada mediante el instrumento MERSQI (Media 14,67 sobre 18). El protocolo fue registrado previamente y el abordaje metodológico se alinea con los estándares PRISMA. Sin embargo, la mayoría de los estudios recurrieron a medidas de autoevaluación, lo que puede introducir sesgos de percepción y limitar la robustez de los resultados.
Las intervenciones analizadas incluyeron coaching grupal, talleres sincrónicos, recursos asincrónicos y otras formas de apoyo virtual. Se destaca que las intervenciones más eficaces fueron aquellas que incorporaron estrategias de reestructuración cognitiva y espacios de apoyo entre pares. Dos estudios con diseño de ensayo clínico aleatorizado (RCT) demostraron reducciones significativas en los síntomas de SI, en particular con intervenciones basadas en coaching grupal. En cambio, los resultados respecto al burnout fueron menos consistentes: si bien algunos estudios informaron mejoras en la subescala de agotamiento emocional, otros no hallaron diferencias significativas en medidas globales.
Cabe destacar algunas limitaciones metodológicas: el escaso número de estudios incluidos, la heterogeneidad de las intervenciones y la falta de análisis desagregado por género, etapa formativa u otros factores contextuales. Estos aspectos limitan la posibilidad de generalizar los resultados o de formular recomendaciones universales. Aun así, el trabajo constituye un aporte valioso que organiza la evidencia disponible y permite vislumbrar líneas de acción futuras.
- Coaching y reestructuración cognitiva: Las intervenciones en línea estructuradas pueden ser herramientas eficaces para reducir el síndrome del impostor en estudiantes y residentes de medicina.
- Personalización según género: Considerar enfoques adaptados a las necesidades específicas de género, dado que el SI afecta de manera desproporcionada a las mujeres en medicina.
- Agotamiento y burn-out: no hay suficiente evidencia para dar recomendaciones.
- Investigación futura: Diseñar estudios multicéntricos y longitudinales para verificar resultados, evaluar sostenibilidad y efectividad a largo plazo.