Dentro de las acciones de sensibilización que el Ministerio de Salud Pública (MSP) desarrolla en relación a la lucha antitabaco, se organizó una intervención urbana frente a la sede ministerial, oportunidad en la que se realizaron cooximetrías gratuitas y se difundió material informativo para concientizar a la población sobre los daños en la salud que provoca fumar. La actividad fue presidida por la ministra Susana Muñiz y por el responsable del Programa de Control del Tabaco del MSP, Winston Abascal.

Esta intervención es parte de un relanzamiento de la campaña de lucha contra el tabaco bajo la consiga “¿En qué etapa de la enfermedad estás?”. La ministra recordó que Uruguay trabaja desde hace años en el tema con intensidad.

Las cooximetrías —examen médico que verifica la cantidad de monóxido de carbono que existe en los pulmones al momento de realizarse el test— fueron realizadas por licenciadas en neumocardiología del Centro de Atención Pulmonar. En la población fumadora, los niveles detectados son sensiblemente mayores que en el resto. “Es una foto instantánea, pero de alguna forma predice la capacidad o las posibilidades de desarrollar algunas enfermedades que tienen que ver con el uso del tabaco”, explicó Muñiz, quien se realizó el control dentro del vehículo especialmente equipado.

Además, durante la intervención se invitó al público presente a desechar su “próximo cigarrillo”, bajo la consigna de que “muchos uruguayos fumen un cigarro menos”. Estas acciones se desarrollan de manera itinerante desde el mes pasado en Montevideo y el interior del país, y continuarán ejecutándose en distintos puntos del territorio, informó la ministra Muñiz.

El transcurrir de una enfermedad

El responsable del Programa de Control del Tabaco recordó que existen diversos planes a nivel nacional, tanto en el sector público como privado, que procuran ayudar a abandonar el consumo. Son los programas denominados "de cesación". El jerarca reiteró la importancia de transmitirle a quien fuma que tiene una enfermedad adictiva que lo hace depender de una sustancia; la persona está obligada a consumirla cada día. Generalmente el individuo comienza a fumar en la adolescencia, la enfermedad transcurre toda su vida hasta que se desencadenan enfermedades más graves, como cáncer, afecciones cardiovasculares, hemiplejias, etcétera.

En este sentido, el jerarca expresó su especial preocupación por la población adolescente. “Cada año se incorpora a los roles sociales y de conducta de pares una nueva generación de adolescentes y esa es la población que está en mayor riesgo, teniendo en cuenta que el consumo se inicia fundamentalmente en esa etapa de la vida. Luego de los 20 años es difícil que alguien empiece a fumar”, reflexionó.

Tendencias

Se estima que un 23 % de la población uruguaya es fumadora, porcentaje que representa entre 500 y 600 mil personas. Abascal aseguró que la tendencia de consumo viene en descenso en todas las edades y en todas las capas sociales, fundamentalmente en las de niveles educativos más altos. En los niveles educativos más bajos —gente que no completó primaria— el descenso es menor.

En la población de entre 12 y 17 años, en los últimos 10 años pasamos de un 30 % de prevalencia a un 13 % en la actualidad. “Es muy significativo para los jóvenes de hoy y para los del futuro, porque en esa etapa se reproduce la epidemia”, indicó Abascal.

La mujer continúa fumando menos que el hombre, pese a que las cifras de personas que dejaron de consumir tabaco descendieron menos en las mujeres. “La industria aprovechó que la mujer incorporó otros roles en la sociedad —empleo e independencia económica—, para que sumara también el consumo de tabaco”, sostuvo. Las proyecciones que se manejan es que, de continuar la tendencia de consumo en el género femenino, en 15 o 20 años el cáncer de pulmón será más frecuente que el cáncer de mama.

Fumador pasivo

“Con todas las medidas que se implementaron, la gente tomó conciencia de que el daño de fumar es para el fumador y para los que están al lado del fumador, por el aire contaminado con productos de tabaco”, expresó.

El jerarca envió un mensaje a las familias: “Las personas no pueden fumar en los lugares que trabajan ni en los espacios de esparcimiento. Pero todavía hay hogares donde el o la jefa de familia, un hermano u otro integrante fuman. Entonces, si se cuida a los compañeros de trabajo, mucho más hay que cuidar a las personas que más se quiere: hijos, esposas o hermanos”, añadió.