Tabaco: diez años de lucha contra uno de los principales asesinos en las Américas
Los países miembros de la OPS/OMS han hecho grandes progresos en la implementación del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco, el primer tratado internacional de salud del mundo, que entró en vigencia hace una década. A pesar de la oposición acérrima de la industria tabacalera, un número significativo de países de las Américas han logrado avances importantes en la implementación del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT). Ya se cumplió una década desde que el acuerdo entró en vigor como el primer tratado internacional de salud del mundo.
"Hace diez años, establecer ambientes libres de humo de tabaco, requerir advertencias gráficas en los paquetes, prohibir su publicidad, promoción y patrocinio, y aumentar los impuestos al tabaco parecían un sueño", señaló la doctora Carissa F. Etienne, Directora de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS). "Ahora es una realidad. El tabaco —uno de productos de consumo más letales del mundo— ha quedado expuesto, y este décimo aniversario marca un hito para la salud pública", manifestó.
El tabaco es el único producto de consumo legal que mata hasta la mitad de sus usuarios cuando se utiliza exactamente de acuerdo a las indicaciones del fabricante. Mata a una persona cada seis segundos en el mundo. Su consumo es un factor de riesgo para seis de las ocho principales causas de muerte mundial y factor de riesgo común a las cuatro de las enfermedades no transmisibles más frecuentes: las cardiovasculares, las respiratorias crónicas, el cáncer y la diabetes.
Para contrarrestar los efectos devastadores de la epidemia de tabaquismo, los países miembros de la OMS adoptaron el CMCT en la Asamblea Mundial de la Salud en 2003, el cual entró en vigencia el 27 de febrero de 2005. Este tratado jurídicamente vinculante establece una serie de medidas para reducir la demanda y oferta del tabaco, desde mayores impuestos al tabaco y espacios libres de humo, hasta advertencias sanitarias gráficas obligatorias y prohibiciones de toda forma de publicidad, promoción y patrocinio.
La aplicación plena del tratado conduciría a una reducción del 30 % de la prevalencia del consumo de tabaco en las personas de 15 años en adelante y contribuiría sustancialmente a la meta mundial de reducir el 25 % las defunciones prematuras por enfermedades no transmisibles para 2025.