Así lo señalaron expertos y funcionarios durante un encuentro en Buenos Aires. Destacaron la importancia de garantizar el acceso a la información y a una anticoncepción moderna frente a este virus que afecta a buena parte de las Américas.

El derecho a la información y el acceso a una anticoncepción moderna son dos puntos claves para ayudar en la prevención y en una mejor respuesta al zika, un virus que se expandió de manera explosiva en las Américas y que puede llegar a Argentina, coincidieron hoy expertos y funcionarios del Ministerio de Salud de la Nación que participaron de la jornada “El zika en la agenda de salud sexual y reproductiva”, organizada por la asociación FUSA, con el apoyo de la Organización Panamericana  de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS).

El zika, que afecta a buena parte de la región, ha sido asociado a complicaciones neurológicas, como el Síndrome de Guillain-Barré (SGB); y a casos de microcefalia en recién nacidos. El virus es transmitido principalmente por mosquitos, pero también se registraron algunos casos en los que la transmisión ha sido sexual.

“El mayor impacto neurológico se ha registrado cuando la mujer se infecta con el virus durante el primer trimestre del embarazo. Por eso es importante que la mujer prevenga la picadura del mosquito, que rocíe las cortinas con insecticidas, que use los repelentes permitidos, use ropa de mangas largas, redes o mosquiteros para las camas”, señaló el doctor Rodolfo Gómez Ponce de León, asesor regional de Salud Reproductiva del Centro Latinoamericano de Perinatología, Salud de la Mujer y Reproductiva (CLAP) de la OPS/OMS, durante el encuentro.

En áreas de transmisión de zika se recomienda a las mujeres que usen condones durante el embarazo y se realicen los controles correspondientes, sobre la base de la mejor información disponible. “Para que haya un comportamiento seguro, la persona debe contar con la información. Cada contacto con la mujer debe ser una oportunidad en la que debemos preguntarle si tuvo síntomas compatibles con el zika”, complementó el doctor René Castro, de la Federación Latinoamericana de Sociedades de Ginecología y Obstetricia (FLASOG).

De la reunión también participaron la subsecretaria de Atención Primaria de Salud de la Nación, Dora Vilar de Sarachaga, quien celebró la realización de este encuentro para preparar a los equipos de salud en este tema; y la coordinadora del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, Silvia Oizerovich, quien moderó la primera mesa.

Además, participaron el director de Epidemiología del Ministerio de Salud de la Nación, Raúl Forlenza; quien brindó un panorama sobre las acciones de vigilancia y prevención que lleva adelante el país; el asesor en Enfermedades Transmisibles y No Transmisibles de la OPS/OMS en Argentina, José Moya; que hizo una presentación sobre la situación regional en relación al virus; y el consultor en Salud de la Mujer y Perinatal de la Organización en el país, Ariel Karolinski, quien moderó la segunda mesa.

“Estas enfermedades son expresión inequívoca de las desigualdades e inequidades sociales. No casualmente las más afectadas son las poblaciones vulneradas, mujeres pobres y de grupos étnicos expuestos. Por ello debe abordarse el problema desde el marco teórico de los determinantes sociales, desde una perspectiva de curso de vida, y contemplando aspectos de derechos, equidad, género y etnicidad. Así, se deben focalizar acciones en la etapa inicial del proceso reproductivo, garantizando acceso a métodos anticonceptivos modernos para evitar embarazos no planificados”, señaló Karolinski. De este modo, disminuiría el potencial efecto dañino de la infección por zika en las semanas previas a la concepción y en las primeras semanas de embarazo  temprano, reduciendo el potencial impacto en términos de malformaciones neurológicas, añadió.

Los expositores coincidieron en que se trata de promover intervenciones beneficiosas para reducir morbimortalidad materna y perinatal -como la educación sexual integral, anticoncepción de emergencia- evitando el costo individual, familiar y social que determina esta enfermedad.

El zika es un nuevo virus en la región que es transmitido por mosquitos, el mismo que transmite el dengue y chikungunya. Desde que en mayo de 2015 Brasil informó los primeros casos de transmisión local, el virus se ha extendido a 33 países y territorios de las Américas, situación que se agrava ante la posible asociación con casos de SGB y de microcefalia.

En el caso de Argentina, el 29 de febrero último notificó el primer caso de transmisión sexual en una mujer de Córdoba que no había viajado fuera del país, y que tuvo contacto sexual con una pareja que viajó a Colombia, uno de los países afectados. Hasta la fecha, no se ha detectado en Argentina transmisión autóctona del virus del zika a través del mosquito.

A raíz del crecimiento de casos de microcefalia y de otras malformaciones neurológicas en países afectados por el zika, la directora general de la OMS, Margaret Chan, declaró el 1 de febrero pasado que se trata de una emergencia de salud pública de importancia internacional, luego de reunir las recomendaciones de un comité de expertos.

La OPS ha desarrollado una estrategia para ayudar a los países a mitigar el impacto del zika, a través del fortalecimiento de sus capacidades para detectar la introducción y propagación del virus, reducir las poblaciones de mosquitos, garantizar los servicios de salud necesarios, y comunicarse de manera efectiva con el público sobre los riesgos y las medidas de prevención.

Más información sobre el zika:  www.paho.org/viruszika